sábado, 15 de marzo de 2008

BIBLIOTECAS PARA SORDOS


Debido a un cierto número de razones, la mayoría de las bibliotecas no han considerado el prestar particular atención al ofrecimiento de servicios para personas que son sordas.

La sordera ha sido llamada, en parte con razón, la "discapacidad invisible" porque las personas sordas no son identificables como sordas por mera observación y ellas tienden a mezclarse en la comunidad mayoritaria. Además, las personas que son sordas de nacimiento o desde una temprana edad tienen, frecuentemente, dificultades para leer y tienen la tendencia a no usar las bibliotecas. A consecuencia de esto, las bibliotecas y las personas sordas, prácticamente, se han ignorado mutuamente; sin embargo, una parte importante de la población es sorda y las bibliotecas tienen la responsabilidad de asegurar que sus colecciones y servicios sean accesibles a las personas sordas, y que las personas sordas tengan conocimiento de los servicios que las bibliotecas les pueden brindar.

El tema principal que tiene que ver con el ofrecimiento de servicios a personas sordas esque la comunicación generalmente requiere de esfuerzos adicionales, conocimientos, paciencia, y (donde fuere posible) ayuda tecnológica.

En general, el nivel requerido de estas habilidades adicionales para comunicarse con cualquier individuo sordo depende del grado de pérdida deaudición y la edad en la cual la persona la experimentó, es decir, la edad en el comienzo. Para entender estas diferencias individuales es de suma importancia entender la diferencia que puede ocasionar la edad en el comienzo de la sordera.

Generalmente, cuanto mayor es un individuo al experimentar la pérdida auditiva, es más probable que ese individuo se sienta más cómodo con los lenguajes orales y escritos autóctonos. Sin embargo, los individuos que nacen sordos o que quedan sordos antes de adquirir el lenguaje oral, puede que tengan un lenguaje oral que resulte difícil de entender o posiblemente no usan ninguna habla en absoluto y puede que tengan dificultades para leer.

Debido a esta variación, y a las variaciones en los enfoques educativos, las personas sordas han sido frecuentemente organizadas y reorganizadas en variadas categorías y bajo variadas etiquetas.

Los bibliotecarios necesitan ser conscientes de esta variación y de las controversias con respecto a la educación y las modalidades de comunicación, para así construir colecciones, extensas e imparciales, de materiales sobre la sordera y de materiales de otra forma relacionados que resulten de interés tanto para personas sordas como oyentes.

Al diseñar programas de bibliotecas para la "comunidad sorda" se han de tener en cuenta los siguientes grupos como untodo: usuarios nativos del lenguaje de señas; usuarios de lenguaje de señas nativo y lenguaje escrito del público en general; oralistas; adultos ensordecidos (que han quedado sordos); personas mayores discapacitadas auditivas; usuarios de lenguaje mínimo; individuos hipoacúsicos; y miembros oyentes de familias de personas sordas. Los profesionales asociados con diferentes servicios a la comunidad sorda también eataran incluidos.
Las bibliotecas frecuentemente se encuentran en una posición incomparable al ser la única fuente de información imparcial y, por lo tanto, tienen la responsabilidad de recoger, agrupar y ofrecer tal información a su clientela sorda. Debe destacarse, no obstante, que la meta principal de cualquier programa especializado para la Comunidad Sorda debe brindar igual posibilidad de acceso a todos los programas y servicios que la clientela oyente de la biblioteca puede disfrutar. El establecimiento de programas y servicios especializados ha de surgir como respuesta al reconocimiento de las necesidades adicionales de la clientela sorda, pero no debería convertirse en la totalidad de la experiencia de los clientes en la biblioteca.

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