Miguel Ángel Estrella, pianista argentino de nombre internacional, nació en San Miguel de Tucumán, en el norte de la Argentina, y tuvo la revelación del piano a los 12 años al descubrir a Chopin, cuando su padre lo llevó a un concierto de la Orquesta Sinfónica de esa ciudad.
A los 18 años viaja a la Capital para estudiar en el Conservatorio de Buenos Aires con maestros como Orestes Castronuovo, Erwin Leuchter y Celia de Bronstein. A partir de 1965 proseguirá su formación en París y Londres, con Vlado Perlemuter, Yvonne Loriod, Marguerite Long y especialmente Nadia Boulanger. Paralelamente emprende giras de conciertos por Latinoamérica, Europa y Estados Unidos, comienza sus tareas de enseñanza y forma parte de jurados de concursos en la Argentina y el extranjero.
Su formación y convicciones humanistas impulsan a Estrella a expandir su auditorio más allá de las salas de conciertos, y llevar su música a los sectores populares. Toca para públicos de obreros, trabajadores rurales, indígenas, que reaccionan con pureza y naturalidad al escuchar la música denominada "clásica". Estas experiencias llevan a Estrella a participar en actividades culturales del sindicato de trabajadores de la caña de azúcar de Tucumán (Fotia).
Su repertorio también está muy lejos del conformismo: en el mismo concierto, piezas de Rameau, Messiaen, Bartok, Bach o Beethoven conviven con autores del folklore y la música popular latinoamericana, como Guastavino, Aguirre, Piazzolla, Villoldo o Yupanqui.
Artista no convencional, su propósito es hacer llegar la música a todos los sectores de la sociedad, y se alza contra la utilización comercial de la música y el espíritu de competencia que suele oponer a los músicos entre ellos.
Sus actividades para llevar la música a los sectores más humildes irritan a los militares de la dictadura militar argentina, y es amenazado e impedido de trabajar en su país. Perseguido por los militares argentinos, se traslada a Uruguay, donde es arrestado en Montevideo en 1977 y permanece como "desaparecido", pero gracias a una intensa campaña de solidaridad de músicos del mundo entero, como Yehudi Menuhin, Henri Dutilleux, Nadia Boulanger, Olivier Messiaen, junto a miles de amigos de todos los países, y organizaciones internacionales como la UNESCO, el Vaticano, la Asociación Internacional de Juristas, las Naciones Unidas y todas las organizaciones de derechos humanos, los militares uruguayos se ven obligados a legalizar su detención, y luego de más de dos años de prisión es liberado en 1980, asilándose en Francia junto a su familia. Miguel Ángel Estrella trabaja intensamente para recuperar sus manos y sus capacidades como intérprete luego de la tortura a que había sido sometido, y en 1982 reanuda su carrera como concertista internacional, presentándose junto a las mejores orquestas.
Como reconocimiento a la música y a los músicos que le habían permitido recuperar su vida como hombre libre, Estrella funda el 10 de diciembre de 1982 el movimiento humanitario internacional Música Esperanza, con la vocación de poner la música al servicio de la comunidad humana y la dignidad de toda persona, especialmente los jóvenes, de trabajar para la dignidad de toda persona, especialmente los jóvenes, de trabajar para construir la paz y devolver a la música su rol de comunicación solidaria entre los hombres y entre los pueblos. Está especialmente involucrada en el reconocimiento de las culturas regionales y en la eliminación del analfabetismo musical en las comunidades más pobres del tercer y cuarto mundo. Lejos de cualquier influencia gubernamental, política o religiosa, intenta crear un puente entre los países desarrollados y los países en vías de desarrollo.
Desde 1988, Música Esperanza es una ONG reconocida por la UNESCO, que lo nombra "Embajador de Buena Voluntad de las Naciones Unidas", por sus acciones al servicio de la Educación, la Ciencia y la Cultura. El gobierno francés rinde homenaje a sus cualidades de artista y humanista, nombrándolo "Caballero de la Legión de Honor". Es Comandante de la Orden de las Artes y las Letras y Doctor Honoris Causa de varias universidades europeas y americanas. Para distinguir su actividad a favor de la paz y de la solidaridad y su incansable labor por los derechos humanos, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ¿ACNUR? le otorga en noviembre del año 2000 el premio Nansen, siendo el primer argentino en recibir esta distinción.
Estrella ha creado una orquesta integrada por cuarenta músicos jóvenes israelíes y palestinos, como una forma de promover la paz y el entendimiento en Medio Oriente, y dirige una Universidad en Tilcara, Jujuy, que otorga el título de Músico Social.
Entre sus proyectos actuales, Música Esperanza está presente en Polonia, Sudáfrica, Rumania, la ex URSS, Argentina, Bolivia, Chile, Guatemala, Uruguay, Paraguay, Argelia, Marruecos, Líbano, Palestina, Ruanda, Etiopía e Israel, a través de conciertos benéficos y programas de sensibilización de la audiencia. También llevan adelante el programa Jeunies por la Solidarité ¿Jóvenes por la Solidaridad?, para el apoyo y el desarrollo cultural del comunidades pobres en Albania, Bosnia, Rusia, Rumania, Serbia, Nicaragua, México, Panamá, Perú, Brasil, Colombia, Chile, Bolivia Argentina, Uruguay, Senegal, Burundi, Marruecos, Líbano, Egipto, Israel, Kurdistán, India, Bélgica, Francia, Ucrania e Italia.
A los 18 años viaja a la Capital para estudiar en el Conservatorio de Buenos Aires con maestros como Orestes Castronuovo, Erwin Leuchter y Celia de Bronstein. A partir de 1965 proseguirá su formación en París y Londres, con Vlado Perlemuter, Yvonne Loriod, Marguerite Long y especialmente Nadia Boulanger. Paralelamente emprende giras de conciertos por Latinoamérica, Europa y Estados Unidos, comienza sus tareas de enseñanza y forma parte de jurados de concursos en la Argentina y el extranjero.
Su formación y convicciones humanistas impulsan a Estrella a expandir su auditorio más allá de las salas de conciertos, y llevar su música a los sectores populares. Toca para públicos de obreros, trabajadores rurales, indígenas, que reaccionan con pureza y naturalidad al escuchar la música denominada "clásica". Estas experiencias llevan a Estrella a participar en actividades culturales del sindicato de trabajadores de la caña de azúcar de Tucumán (Fotia).
Su repertorio también está muy lejos del conformismo: en el mismo concierto, piezas de Rameau, Messiaen, Bartok, Bach o Beethoven conviven con autores del folklore y la música popular latinoamericana, como Guastavino, Aguirre, Piazzolla, Villoldo o Yupanqui.
Artista no convencional, su propósito es hacer llegar la música a todos los sectores de la sociedad, y se alza contra la utilización comercial de la música y el espíritu de competencia que suele oponer a los músicos entre ellos.
Sus actividades para llevar la música a los sectores más humildes irritan a los militares de la dictadura militar argentina, y es amenazado e impedido de trabajar en su país. Perseguido por los militares argentinos, se traslada a Uruguay, donde es arrestado en Montevideo en 1977 y permanece como "desaparecido", pero gracias a una intensa campaña de solidaridad de músicos del mundo entero, como Yehudi Menuhin, Henri Dutilleux, Nadia Boulanger, Olivier Messiaen, junto a miles de amigos de todos los países, y organizaciones internacionales como la UNESCO, el Vaticano, la Asociación Internacional de Juristas, las Naciones Unidas y todas las organizaciones de derechos humanos, los militares uruguayos se ven obligados a legalizar su detención, y luego de más de dos años de prisión es liberado en 1980, asilándose en Francia junto a su familia. Miguel Ángel Estrella trabaja intensamente para recuperar sus manos y sus capacidades como intérprete luego de la tortura a que había sido sometido, y en 1982 reanuda su carrera como concertista internacional, presentándose junto a las mejores orquestas.
Como reconocimiento a la música y a los músicos que le habían permitido recuperar su vida como hombre libre, Estrella funda el 10 de diciembre de 1982 el movimiento humanitario internacional Música Esperanza, con la vocación de poner la música al servicio de la comunidad humana y la dignidad de toda persona, especialmente los jóvenes, de trabajar para la dignidad de toda persona, especialmente los jóvenes, de trabajar para construir la paz y devolver a la música su rol de comunicación solidaria entre los hombres y entre los pueblos. Está especialmente involucrada en el reconocimiento de las culturas regionales y en la eliminación del analfabetismo musical en las comunidades más pobres del tercer y cuarto mundo. Lejos de cualquier influencia gubernamental, política o religiosa, intenta crear un puente entre los países desarrollados y los países en vías de desarrollo.
Desde 1988, Música Esperanza es una ONG reconocida por la UNESCO, que lo nombra "Embajador de Buena Voluntad de las Naciones Unidas", por sus acciones al servicio de la Educación, la Ciencia y la Cultura. El gobierno francés rinde homenaje a sus cualidades de artista y humanista, nombrándolo "Caballero de la Legión de Honor". Es Comandante de la Orden de las Artes y las Letras y Doctor Honoris Causa de varias universidades europeas y americanas. Para distinguir su actividad a favor de la paz y de la solidaridad y su incansable labor por los derechos humanos, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ¿ACNUR? le otorga en noviembre del año 2000 el premio Nansen, siendo el primer argentino en recibir esta distinción.
Estrella ha creado una orquesta integrada por cuarenta músicos jóvenes israelíes y palestinos, como una forma de promover la paz y el entendimiento en Medio Oriente, y dirige una Universidad en Tilcara, Jujuy, que otorga el título de Músico Social.
Entre sus proyectos actuales, Música Esperanza está presente en Polonia, Sudáfrica, Rumania, la ex URSS, Argentina, Bolivia, Chile, Guatemala, Uruguay, Paraguay, Argelia, Marruecos, Líbano, Palestina, Ruanda, Etiopía e Israel, a través de conciertos benéficos y programas de sensibilización de la audiencia. También llevan adelante el programa Jeunies por la Solidarité ¿Jóvenes por la Solidaridad?, para el apoyo y el desarrollo cultural del comunidades pobres en Albania, Bosnia, Rusia, Rumania, Serbia, Nicaragua, México, Panamá, Perú, Brasil, Colombia, Chile, Bolivia Argentina, Uruguay, Senegal, Burundi, Marruecos, Líbano, Egipto, Israel, Kurdistán, India, Bélgica, Francia, Ucrania e Italia.
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