lunes, 21 de abril de 2008

CUENCA DEL PLATA


Es evidente que en esta cuenca hidrográfica el desarrollo antrópico ha sido intenso y ha tenido consecuencias importantes para el ambiente, con desafíos conocidos y problemas emergentes de carácter transfronterizo que son de interés común para los países que la comparten. De entre ellos, los países han convenido en destacar la necesidad de avanzar hacia una visión más integrada de la Cuenca y de los factores climáticos que condicionan su hidrología, con centro en los asuntos y problemas que se describen a continuación, con la idea de identificar sus causas raíces y de desarrollar un marco de acción coordinado a través de un programa que permita preparar y llevar adelante soluciones para algunas de las más importantes causas raíces de estos problemas.
VARIABILIDAD Y CAMBIO DEL CLIMA
A partir de 1970 la secuencia de datos hidrológicos evidencia aumentos en la precipitación y en los caudales de los ríos de la Cuenca del Plata. Una comparación de los caudales medios en el río Paraná y sus afluentes antes y después de 1970 muestran aumentos entre el 19% y el 46 %. En contraste con ésto, los caudales medios anuales del período 1960-70 en el alto río Paraguay fueron inesperadamente bajos y las áreas de rivera que eran estacionalmente inundadas fueron incorporadas a la producción pecuaria para ser luego abandonadas con fuertes perjuicios cuando subieron las cotas después de 1970. La historia del río Paraná muestra una larga historia de períodos de sequía seguidos por inundaciones. Investigaciones recientes han permitido detectar una variación con una periodicidad de aproximadamente 10 años, menor que la periodicidad de 15 años descrita por Charles Darwing en 1834, lo que también sugiere un cambio en la frecuencia de las fluctuaciones climáticas. Ciertamente es necesario conocer mucho más sobre los factores que influencian estas fluctuaciones. Los cuatro grandes picos de caudal en el Paraná medio durante el siglo que finalizó: 1983, 1904, 1992 y 1998, se relacionan con el fenómeno de El Niño en que se detectaron fuertes y positivas anomalías en la región.
Además de la variabilidad climática, hay evidencias de cambio climático, por ejemplo, en gran parte de la cuenca del río Uruguay, las temperaturas mínimas anuales aumentaron gradualmente en más de un grado en los últimos 100 años.
SEVERAS INUNDACIONES Y PROLONGADOS PERÍODOS DE SEQUÍA
Las inundaciones son un problema mayor en la cuenca del Plata, la perdida de vidas humanas y cuantiosos daños a la infraestructura y a la economía son desastres recurrentes debido a la severidad, periodicidad y permanencia en el tiempo de estos eventos, particularmente en las subcuencas de los ríos Paraná, Uruguay y en el bajo río Paraguay. El Centro de Alerta Hidrológica que opera en Argentina a partir de las inundaciones devastadoras de 1982-83 informa que la duración promedio de las inundaciones ocurridas entre 1987 y 1998 ha sido entre los 7 y los 40 días. Sólo en Argentina los daños directos e intangibles de estas inundaciones se estimaron en 2.640 millones de dólares y 235.000 personas evacuadas. Las inundaciones del período 1991-92 significaron para este país una perdida de 513 millones de dólares, más de 3 millones de hectáreas inundadas y 122.000 personas evacuadas. En el estado de Santa Catalina, en Brasil, las mismas inundaciones del Paraná significaron perdidas equivalentes al 8% del PIB anual de este estado. Las inundaciones también causan graves daños en las ciudades costeras y a las actividades económicas en la cuenca del río Uruguay. Durante el evento del Niño de 1983-84 en el Uruguay medio fueron afectadas más de 40.000 personas, en más de 70 ciudades; las perdidas estimadas por este evento en toda la Cuenca del Plata se ha estimado que superó el billón de dólares.
La calidad del agua es un factor principal para una efectiva gestión ambiental en una cuenca como la del Plata, influenciada principalmente por el estado de desarrollo alcanzado en la región, por la pérdida de cobertura vegetal, las concentraciones urbanas, y por la producción agrícola intensiva con alta dependencia de agroquímicos, la construcción de presas y la formación de reservorios, el transporte fluvial y las actividades mineras.
La situación del transporte incrementado de sedimentos y su deposición aparece como un tema de jerarquía en casos incrementados por la contaminación proveniente de las actividades mineras, sus insumos y desechos. El río Pilcomayo, compartido por Argentina, Bolivia y Paraguay retrocede anualmente en su cauce y no alcanza a desembocar sus aguas en el Paraguay debido a la enorme carga de sedimentos. Presenta una larga historia de esfuerzos e inversiones para su manejo y para atenuar los efectos de la contaminación minera.
Considerando el estado y las necesidades de un consistente levantamiento de informaciones para evaluar la calidad de las aguas en los ríos de la Cuenca del Plata, desde inicios de los años 70 se comenzó a operar una red de monitoreo basada en 28 estaciones y padrones de calidad y normas analíticas para laboratorios comunes. Sin embargo sólo 9 de estas estaciones han funcionado normalmente, 9 han operado sólo parcialmente y 10 no son operativas, además de presentarse limitaciones para la sistematización de la información y la coordinación analítica entre otras dificultades. Es importante indicar que cada país ha avanzado en el tema, por ejemplo en el caso de Brasil se cuenta con un valioso informe de la calidad de las aguas en los ríos de la Cuenca del Plata en territorio brasileño que visualiza una situación general satisfactoria e identifica ya los cuerpos de agua más comprometidos y el origen de la contaminación, fundamentalmente vinculada a los vertimientos de los grandes centros urbanos.
DEFORESTACIÓN Y DETERIORO DE ECOSISTEMAS CRÍTICOS
La expansión de la agricultura en el último siglo sobretodos los ecosistemas de la Cuenca ha significado la desaparición de la cobertura de bosques que fueron parte determinante del funcionamiento de los ecosistemas y de la hidrología. Uno de los casos más agudos ha sido la deforestación de la Mata Atlántica, ecosistema que cubre las zonas de la cuenca del alto y medio río Paraná con la mayor y más intensa precipitación fluvial. En este ecosistema, por ejemplo su cobertura se redujo del 58% al 8% en el estado de San Pablo en el último siglo y el estado de Paraná pasó del 85% de su superficie cubierta de bosques al actual 5%. Algo similar acontece en Paraguay, en un proceso más acelerado hacia el final del siglo pero que se orienta en el mismo sentido. Como consecuencia los suelos al descubierto e incorporados a la agricultura han sufrido las consecuencias de la compactación y de la erosión hídrica, se han incremento y acelerado las escorrentías superficiales hacia los cuerpos de agua, con menor alimentación a los acuíferos, aumentan los caudales pico en tiempos menores y se incrementa la sedimentación en los ríos y embalses, afectando su navegabilidad y acelerando el asolvamiento de los embalses, con la consecuente perdida de su potencialidad energética.
En el caso de Argentina donde las actividades económicas definen los usos de los ecosistemas pampeano y chaqueño, las áreas agrícolas se incrementaron en la última década de 20 a 26 millones de hectáreas. En la Pampa, debido a condiciones económicas las pasturas han estado siendo sustituidas por cultivos agrícolas por sus precios más favorables comparado con la ganadería. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires las áreas bajo cultivo se incrementaron en un 40% entre 1988 y 1993. Estos cambios han presionado la apertura de la frontera agrícola hacia suelos más marginales del propio ecosistema pampeano y también del Chaco, lo cual implica mayor deforestación y requiere de una intensificación de los sistemas de producción y de los insumos, aumentando el riesgo de la degradación en zonas con procesos de desertificación. Los contenidos de materia orgánica del suelo en algunas áreas de la Cuenca se han reducido en un 50% de sus niveles anteriores a su uso agrícola a inicios del siglo XX, afectando negativamente la capacidad del suelo para retener agua. Esta situación esta siendo enfrentada mediante el cultivo directo, tecnología en rápida expansión en la región que implica un nuevo comportamiento hidrológico.
La introducción de cultivos basados en el uso intensivo del agua, como el arroz avanzó rápidamente en la cuenca media del río Uruguay planteando conflictos de uso por el agua con el abastecimiento de poblaciones y ciudades y con el mantenimiento de los ecosistemas ribereños a los ríos, que durante la canícula prácticamente desaparecen, caso particularmente importante en los del Ibicuí y en el caso de la cuenca transfronteriza del río Cuareim, en la frontera de Brasil y Uruguay.
La afectación a los ecosistemas acuáticos merece una atención en el marco del conjunto de la cuenca del Plata, caracterizada como una de las cuencas de mayor diversidad acuática continental del mundo, en particular las subcuencas del río Paraná y del río Paraguay (Pantanal) y de su frente marítimo. Actualmente estos ecosistemas son afectados constantemente y principalmente por: i) los incrementados volúmenes de sedimentos, ii) las modificaciones en el aporte de nutrientes a las aguas, iii) la obstrucción que significan las presas y la proliferación de embalses creados, particularmente importantes en el Paraná medio y superior y en el río Uruguay y, iv) por efectos de la contaminación puntual y difusa de ciertos cuerpos de agua, a lo que se suma para un adecuado manejo la dificultad del carácter transfronterizo del tema. El manejo de la biodiversidad de estos ecosistemas, particularmente de sus recursos ictícolas condicionados por las diferentes situaciones de pesca, requiere de un conocimiento del funcionamiento de conjunto y de un marco regulatorio común, más allá de los acuerdos binacionales que actualmente existen.

COMITÉ INTERGUBERNAMENTAL COORDINADOR DE LA CUENCA DEL PLATA

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