lunes, 7 de enero de 2008

PIROTECNIA

La mejor experiencia que el humano posee respecto a visualizar fenómenos celestes, la proporciona la plataforma llamada tierra y su amenazada atmósfera. Las estrellas fugaces, los cometas o las auroras boreales, fueron los espectáculos que marcaron el ritmo de los primitivos rituales. Fue tal el embelezo que conforme se desarrolló el pensamiento humano, buscó sustitutos para satisfacer su necesidad mágica de controlar el universo.
Con el arribo de la pólvora, término que surge de polvo de la tierra, el hombre aceleró el proceso para crear sus propias ilusiones pirotécnicas y también, la conquista del mundo.
Aunque con resultados efímeros (y peligrosos), los fuegos artificiales se instalaron en China, lugar al que se atribuye sus primeros usos en diversidad de festividades hace más de dos mil años.
En la guerra hay fuentes que señalan que los árabes ya la usaban en el siglo XIII. Con fines bélicos se utilizó en Europa por primera vez en el sitio de Niebla en el año de 1257 y contra las huestes de Alfonso XI en Algeciras. En 1486 se utilizaron cohetillos en la boda del rey Enrique VII para popularizarse más adelante durante el reinado de Elizabeth I. El descubrimiento del Nuevo Mundofue el 12 de octubre de 1492. Las tres carabelas de Colón en 1492 y más adelante, los buques conquistadores, atravesaron el océano con armamento accionado con pólvora.
En aquellos momentos primitivos el control de lo descubierto tenía prioridad sobre lo festivo. En otras palabras, había que defender a cualquier costo, los nuevos dominios de los reyes españoles.
Durante el siglo XVI se dieron varias sucesiones en la corona española. Es probable que en alguna de las celebraciones que se efectuaban también en los reinos, se utilizara algún tipo de artificio pirotécnico. Acapulco, perteneciente en aquel momento al Reino de la Nueva España, recibió en 1565 por primera vez la visita del Galeón de Manila. Este barco hacía la ruta desde aquella isla remota cargado de exóticos productos que se disputaban los nuevos nobles americanos, y entre sus remesas, según la historiadora Marcia de Schwanck, llegaron los primeros fuegos pirotécnicos. El Nao, como también se le conoció, realizó su último viaje en 1821.
La quema de artefactos pirotécnicos estabaya enraizada en el siglo XVIII. En la América Española a este arte se le conoció como la técnica de los coheteros. El gremio fue reconocido en la Colonia y prohibido, según las fuentes históricas, a los indígenas por el peligro que entrañaba para la seguridad de los castellanos y criollos por las ordenanzas de 1737. Ya en las procesiones más importantes, principalmente las dedicadas a la virgen, fueron acompañadas por el estallido de bombas y otros artificios. Luego, en el XIX, se le agregó a las fórmulas magnesio y aluminio. La acción redundó en una mayor variedad luminotécnica que le dio mejor prestancia al espectáculo de apertura o cierre de reuniones globales como las Exposiciones Universales de París, Viena, Munich, Berlín y otras actividades similares.
En la Guatemala del siglo XX la quema de cohetillos se arraigó en definitiva y con más fuerza a las fiestas tradicionales.
El mejor ejemplo lo brindan Domingo de Pascua, Noche Buena y Año Nuevo. Localmente hay celebraciones como la de Concepción (8 de diciembre) en Villa Nueva. En ella, además del rezo a la Virgen María y la solemne procesión de la noche anterior que coincide con la quema del diablo, las familias queman varias “ametralladoras” de una cuadra de largo, bombas y toritos, por cerca de 45 minutos.
No hay que olvidar las coheterías en la madrugada de los cumpleaños chapines.

Juegos pirotécnicos (rudy girón/recrearte/Guatemala 2006)

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