martes, 29 de enero de 2008

KAHLIL GIBRÁN


Kahlil Gibran nació en 1883, en la aldea de Bsherri, en el actual Líbano. Cuando contaba unos once años, emigró junto con la madre y algunos hermanos -entre ellos Mary Gibran- a Estados Unidos.

Dedicó la mayor parte de la vida adulta a la pintura, pero por una de esas ironías del destino acabó siendo mundialmente reconocido por sus libros.

Compartió la última etapa de su vida con Barbara Young, quien más tarde editó la biografía de su compañero.

Mary Haskell era mayor que Gibran; nació en 1873, en Estados Unidos. En torno a los treinta años se trasladó a Boston, donde se hizo cargo de la escuela que había fundado su hermana. Murió el 9 de octubre de 1964, atestiguando el éxito mundial de aquel a quien un día llamó «mi amado». La correspondencia estuvo a punto de ser destruida días después de la muerte de Gibran; Barbara Young no quería que Mary se llevase a casa los centenares de cartas, escritas durante una relación de más de veinte años y guardadas en una gran caja de cartón en el estudio del escritor. Mary insistió. Barbara terminó aceptando, pero antes hizo jurar a Mary Haskell que quemaría toda aquella correspondencia después de leerla. Mary no cumplió su promesa; más de seiscientas cartas están hoy en la Universidad de Carolina del Sur, donde especialistas y estudiosos pueden consultarlas.

Gibran no era un revolucionario ni un sabio. Era un ser humano, como todos nosotros; llevaba en su alma los mismos dolores e idénticas alegrías que los demás; sólo que a través de sus libros fue capaz de manifestar la grandeza de Dios.

En el fondo, sabía que algún día toda su correspondencia privada acabaría siendo publicada y por ello quiso mostrarse por completo, sin mistificar su papel de escritor.

Con ello nos dio un buen ejemplo: todos nosotros podemos aspirar a lo que él consiguió, porque seguimos -a nuestra manera- el difícil y hermoso Camino de las Personas Corrientes.

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