jueves, 25 de septiembre de 2008

DISEÑO PARA TODOS


Además de las barreras físicas, las barreras de comunicación son el motivo principal por el que las personas con discapacidad se sienten discriminadas. En la base de esas barreras hay un gran desconocimiento por parte de la sociedad, en general, acerca de las necesidades comunicacionales de estas personas.
Muchos son los ejemplos de cómo estas personas se sienten discriminadas en algunas situaciones. La discriminación por discapacidad definitivamente no es una cuestión que siempre vaya unida a actividades determinadas, tales como contratar un servicio, acudir al médico o cruzar la calle; sin duda, existe un cierto tipo de discriminación unida al rechazo, el desprecio o la indiferencia, que es a la que mayoritariamente sufren los discapacitados en algún momento de su vida.
Las personas con discapacidad reclaman más normalidad y menos “solidaridad mal entendida”.
Se trata, en definitiva, de evitar la conversión de personas y grupos en personajes estereotipados, simples, deshumanizados o ajenos.
En el ámbito de la comunicación se deben tener en cuenta la reformulación, reorganización y creación de nuevos criterios en:
• Telefonía Fija
• Telefonía Móvil
• La Red Internet
• Computadoras
• Teleasistencia
• Subtitulación
• Lengua de Signos y Señas
• Teléfono de textos
• Videoconferencia
• Señalización
El MINISTERIO DE CIENCIA, TECNOLOGIA E INNOVACIÓN PRODUCTIVA debería liderar y exigir al sector dedicado a las tecnologías de la información y la comunicación, tener en cuenta la serie de peculiaridades relacionadas con la accesibilidad y el colectivo con discapacidad, brindando las soluciones pertinentes para eliminar esas barreras, y con ello favorecer la integración social de las personas con discapacidad.
Las corrientes de "accesibilidad universal” y "no discriminación” deben ser enmarcardas en el enfoque de los derechos humanos (civiles, sociales, económicos y culturales) que actualmente el gobierno desarrolla.
El nuevo paradigma de la discapacidad incorpora el entorno como fenómeno que interactúa en el hecho mismo de la discapacidad; y es que entendemos por discapacidad "las desventajas que presenta una persona a la hora de participar en igualdad de condiciones en la vida social y económica de su comunidad”, y que son debidas a sus déficit personales, pero sobre todo a los obstáculos y condiciones limitativas que la propia sociedad, concebida con arreglo al patrón de la persona media, opone a la plena participación de estos ciudadanos.
Por lo tanto, la discapacidad es una interacción entre las características de una persona y su entorno en la que ambos son responsables de los esfuerzos que se hagan para minimizarla o aumentarla.
Estas personas no constituyen un grupo separado de población, sino que son miembros de la comunidad. La participación social supone que deben poder vivir, estudiar, trabajar y divertirse en los mismos lugares y de la misma forma en que lo hacen las personas de su misma edad o de la forma más parecida posible.
Pero para alcanzar la inclusión y la participación social, es necesario sustituir la sobreprotección por el apoyo, ya que la primera invade a la persona y disminuye sus capacidades. Sin embargo, el apoyo es el refuerzo que se necesita para llegar a un determinado resultado.
Los derechos de las personas con discapacidad son los mismos derechos de los otros ciudadanos y ciudadanas, pero sufren mayores dificultades para conseguir que sean plenamente efectivos y debemos asumirlo como sociedad.
Hemos de tener en cuenta entonces que todos y todas tenemos:
• Derecho a información relativa a la discapacidad de forma veraz y ofreciendo una imagen comprensiva y exacta
• Derecho a la propia imagen de las personas con discapacidad puede evitar daños y estereotipos gratuitos y desfiguradores.
• Derecho a ser elementos activos de la comunicación y a que los soportes comunicativos sean accesibles.

La sociedad en su conjunto debe adaptarse a la diversidad de sus miembros, siendo ésta la única forma de alcanzar de manera efectiva la igualdad de las personas y de garantizar la plena participación de las personas con discapacidad en todas las áreas de la vida.
El colectivo de personas con discapacidad es un colectivo heterogéneo, con diferentes necesidades a la hora de comunicarse y que, como grupo de consumidores, no gozan de los mismos beneficios que las demás personas.
Ante esta situación, el Estado Nacional debe regular y controlar el accionar de las empresas de telecomunicación, promoviendo el desarrollo de nuevas tecnologías y servicios accesibles a toda persona, así como la adaptación de los existentes. Consolidar el paradigma del Diseño para Todos y su implantación en los nuevos productos, entornos y servicios, adaptándolos progresivamente a los criterios que establece; además de difundir el conocimiento y aplicación de la accesibilidad.
La accesibilidad se refiere a la adecuación del urbanismo, la edificación, el transporte y los sistemas de comunicación que permitan a cualquier persona su libre utilización con independencia de su condición física, psíquica o sensorial.
También los Bibliotecarios debemos tener en cuenta que un servicio resulta más atractivo para el consumidor si permite el acceso de todas las personas que lo requieran. Los servicios necesitan llegar a ser accesibles a todos los usuarios para su mayor éxito y difusión, y las personas mayores y con discapacidad necesitan acceder a estos servicios para poder beneficiarse de las posibilidades que representan y para incorporarse con pleno derecho a esta sociedad emergente.
En el caso de las barreras de comunicación, se trata de las trabas que impiden expresar o recibir mensajes a través de los sistemas de comunicación, sean o no éstos de masas.. una forma de paliar estas trabas, es impulsar la aplicación de los principios del Diseño Para Todos.
El Diseño Para Todos propone un concepto ecológico que busca convertir el diseño y la composición de los diferentes entornos y productos en medios accesibles y comprensibles para todo el mundo y utilizables por todos. Al fin y al cabo, todos los individuos tienen derecho a la plena participación en la vida comunitaria, lo que conlleva el acceso, uso y comprensión del entorno. Esto es lo que conocemos por accesibilidad: el acceso a la información sin limitación alguna por razón de deficiencia, discapacidad o minusvalía.
Los Principios del Diseño para Todos, son
Uso equitativo: Debe ser útil y rentable para cualquier tipo de usuarios.
Flexibilidad en el uso: El diseño debe acomodarse a una amplia gama de preferencias y habilidades individuales. Esta flexibilidad supone que pueden ser usados directamente, sin ayudas técnicas o modificaciones, por personas con el mayor rango de habilidades y en las más diversas circunstancias.
Uso fácil e intuitivo: El diseño debe ser fácil de usar y comprender, independiente del grado de experiencia, conocimiento y formación del usuario.
Información percibida: El diseño debe ofrecer información pertinente y eficaz para el usuario. Un diseño que no proporcione claramente información sobre la función para la que se diseñó, es un mal diseño.
Tolerancia con el error: Erradicar el error es una utopía, pero diseñar sistemas tolerantes con el error y que permitan una fácil reconducción del mismo es algo posible y totalmente necesario.
Esfuerzo físico: La utilización del sistema requerirá bajo esfuerzo físico.
Tamaño: Que tenga un tamaño y un espacio de uso y aproximación adecuado a las dimensiones de los diversos usuarios.
Compatibilidad: Deben ser compatibles con productos y ayudas técnicas destinadas a aquellos que no pueden acceder al uso de productos de forma directa y eficiente.

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